La posición anterior se dió en mi partida contra el frances Patrice Torres, dirigiendo yo las piezas negras.
Durante mis últimas jugadas, sentía que mi posición iba mejorando progresivamente, hasta llegar al diagrama, donde yo estaba ya bastante cómodo debido a las debilidades blancas (flanco de rey) y a mi torre en la columna -a-, e hice una jugada que si bien no es mala, no era la más fuerte ...Ta3 tras lo cual, con juego correcto el negro no debería haber conseguido ventaja.
En ese sentido, desprecié una fantástica oportunidad, y es que en la posición precedente tengo la sencilla ...Cg4! amenazando h2. La rechacé de forma casi inconsciente y automática por .h3, pero esta jugada falla tácticamente por la sencilla ...Dxh3+!! seguido del ataque doble en -f2-, recuperando dama y ganando un peón. En su lugar, las blancas podían jugar .h4 en lugar de .h3, pero no cabe duda que es una jugada muy fea, y tras ...Cf6 el negro tiene una posición más cómoda, y posiblemente con algo de ventaja.
La siguiente posición se dió en el momento crítico de mi partida con Marc Narciso, en la última ronda del Open de San Sebastian.
El negro acaba de mover su torre desde -c2- a c4, amenazandome el peón de b4. Ahora las blancas tienen una victoria sencilla haciendo las jugadas sencillas, las lógicas: 1.a6! Txb4+ 2.Ra5 Td4 3.a7 Td1 4.Tb4 para bloquear en la columna -a- si el negro no hace nada.
4...Td8 5.Tb8 Td1 6.a8=D y rechacé esta posición porque vi que me comía la dama con ...Ta1+, perdiendo por supuesto la torre, y me pareció que podía tener contrajuego con sus peones... pero ¡qué ridiculo! Mi rey esta tan cerca que no existe tal contrajuego, y la continuación ganadora no era dificil por tanto.
En su lugar, hice una jugada mucho más floja y llegué a un final de tablas. Un momento "divertido" del final fue el siguiente:
El aspecto ajedrecístico de la posición no es muy interesante, pero hubo un factor psicológico-visual que me llamó mucho la atención:
A pesar de que el peon blanco sigue iendo hacia arriba y el negro hacia abajo, el cerebro tiende a engañarnos y ¡es dificil resistirse a "interpretar" inconscientemente que la torre blanca está siendo atacada por el peón negro!
Estabamos en el apuro de tiempo, y debo reconocer que estaba muy incomodo por ese factor psicológico. Me costaba concentrarme y despojarme de esa "ilusión" y para cómica, mi siguiente jugada .Dd7, en un momento tan tenso psíquicamente, ¡poniendo las 2 piezas pesadas a tiro de esos "calzonzillos psicológicos"!
No fue una decisión fácil, lo prometo.
Tras acabar la partida, y pensar en este fenómeno, yo creía que era una tonteria que se me había ocurrido a mí, pero que no sería algo que pensaran todos (o casi todos) pero ¡cuál fue mi sorpresa cuando al comentarselo a mi rival tras la partida en tono jocoso, él corroboró que había tenido la misma sensación inconscientemente! Y no sólo él, sino varias personas más del público que en ese momento veía la partida (que era mucho, debido a que si no era la última en acabar, era la penúltima).
Testimonio de uno de ellos: A mi se me pasó por la cabeza al momento, pero como soy un pichón, prefería no decir nada, porque me parecía que era la típica chorrada que sólo se me ocurriría a mí"
En fin... un simpático dibujo ajedrecístico para clausurar un torneo. ¡Qué bonito es el ajedrez y que divertido es jugar con nuestro cerebro y sus múltiples -errores-!
5 comments:
Gracias, muy instructivo y entretenido, me alegro que pongas
diagramas que podamos entender lo que no somos más que unos aficionadillos.
Agur.
Felicidades por el blog, Mikel, interesante, entretenido y se nota que lo haces con ganas!
Lo que explica el fenómeno psicológico que comentas del último diagrama, es, creo yo, la posición de los reyes.
Es decir, el rey blanco está "asentado" en la zona del tablero en la que supuestamente "debería" estar rey negro y este, a su vez, está igualmente "asentado" en la zona en la que supuestamente "debería" estar el rey blanco.
Nuestro cerebro, a base de ver miles de posiciones en libros, revistas, partidas propias y ajenas, cuando ve una posición con un rey asentado en un lado y el otro asentado en el lado opuesto, asume que están en sus lados "naturales", en los que empezaron la partida, como así es en el 99% de los casos, pero evidentemente no en este.
Y claro, de donde "partieran" los reyes al principio de la partida no es indiferente, de ello depende la dirección en que mueven los peones, y de ahí la confusión.
Saludos de tu rival en la susodicha partida!
¡Muy buena reflexión!
Efectivamente, yo creo que es importante la zona en que los reyes están situados. Como bien dices, el rey blanco está donde debería estar el negro y viceversa, ¡y eso induce a pensar que los peones van hacia el otro lado!
Es por eso que era muy dificil concentrarse en la posición, porque la experiencia no ayudaba en el reconocimiento de modelos de una posición tan "caótica".
Gracias por la aportacíón y demás :)
Jajaja! Que bueno lo de los "calzoncillos psicológicos"!!
Yo creo que otra razón puede ser el que sólo quedara un peón por cada bando. Si hubiese una cadena de peones, sería más fácil distinguir la direccionalidad.
Un saludo Mikel!
Hombre Galar!! que bien tenerte por aquí :)
Pues sí, coincido con que si hubiera más peones sería más facil... Eso, y el hecho de que los reyes estaban "mareados" en el lado opuesto de donde empezaron fueron los factores para engañar al cerebro.
Un saludo!
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