El siguiente post es una amplia reflexión mía acerca de la sociedad actual. No es, en absoluto, positiva ni alentadora, sino más bien está dotada de un amplio sentimiento pesimista, melancólico y fracasado.
Antes que nada, aclararé que este texto no es de humor, ni de novela, ni de ciencia ficción. Es una reflexión que tiene por objetivo inducir a la gente a la propia concienciación, a pensar por sí mismos, a vivir la vida y a no dejarse engañar por aquellos pícaros que tienen mucha experiencia o mucho arte en esto de triunfar. Como siempre, me siento obligado a recordar que no es un texto científico sino una reflexión de un aficionado pensador, un servidor.
Vivimos en sociedad. Hasta aquí todo está claro. Así ha sido siempre y así será. El ser humano es un ser sociable, que requiere de sus semejantes para salir adelante. ¡Hasta en el ajedrez podemos ver la forma en que está organizado cada bando!
Hasta aquí todo parece que va bien, pero ¿qué pasa cuando la sociedad se vuelve corrupta, egoísta y, por tanto, contraproducente para cada uno de sus miembros? Pues pasa que llegamos a la situación actual, patética y ridícula a los ojos de cualquier persona librepensadora que opina con criterio, aunque genial, bajo los ojos de los pobres incautos presos del sistema.
Pongamos una situación hipotética como introducción al tema, para ir entendiéndonos: Imaginemos que yo, gracias a mi fluidez verbal, a mi facilidad para quedar bien con todos vosotros, señores votantes, me hago con el poder de una Nación. No es que yo sea una mala persona, pero me gusta vivir bien, y pudiendo engañar a los ineptos para que a mi me vaya bien, ¿por qué no?
Dirigente: Empiezo explicándoos cómo si me dais una parte proporcional de vuestras ganancias, duramente trabajadas, todo irá mucho mejor, ya que yo velo por vosotros. De esa forma, yo no tengo que trabajar, ni nadie de mi familia, que se encargan únicamente a vivir del cuento en casas de lujos, con varios coches por cabeza y con todo el mundo a mi merced. Pero ahora que vivo genial… ¿qué hago con todos aquellos que viven por debajo de mí?
Pues está claro… debo enseñarles a pensar por sí mismos. Debo enseñarles que no deben seguir a un líder, sino ser librepensadores y siempre actuar de acuerdo a lo que les dicte su corazón. Debo enseñarles que nadie está por encima de nadie y que no deben ser sumisos de ningún poder superior. Debo … ¡ey! ¡Quieto ahí Mikel! ¡Si les enseño eso, viejo amigo, sólo conseguiré que la gente piense por sí misma y sea cuestión de tiempo que sean libres y yo no pueda seguir aprovechándome de ellos!
¡Magnifica reflexión, querido lector! ¿Qué hacer entonces? Pues muy sencillo. La única forma de que te saquen del trono (en sentido metafórico, posiblemente) es mediante el razonamiento. Solución: no debes permitirles que piensen.
Como todavía hoy en día es imposible quitar las neuronas de la gente de un modo científico, los dirigentes del sistema lo han conseguido hacer de otra forma.
En primer lugar, geniales esclavos, que tanto os aprecio, quiero que estéis todo el día trabajando. Eso os impedirá pensar, puesto que no tendréis tiempo. Pero siempre hay algo de tiempo libre…leerán libros, pensarán, debatirán, criticarán la situación… ¡Mikel, estamos perdidos! ¿Qué podemos hacer?
¡Fácil solución! ¡No debemos permitir que hagan esas cosas, o nuestros días de poder se acabarán! Como les importa tanto quedar bien con sus semejantes, diremos que han de seguir las normas que marcaremos como “normales”, y al que no lo haga, todo el mundo lo odiará, porque no es como debería.
En primer lugar, en la televisión, que está al alcance de todos, no quiero que haya debates ni asuntos analizados de un modo objetivo. Los telediarios dirán las cosas desde el punto de vista que yo quiero que tengan los no pensantes. Los debates críticos o que pudieran desentonar con mi “genial” política deben ser suprimidos ipso facto. Debemos lavarles el cerebro, y seguir llenando su tiempo libre, para impedir bajo cualquier circunstancia, que puedan llegar a pensar. Por tanto, en esta maravillosa televisión, vamos a sacar a cuatro zoquetes de la calle, que en programas vergonzosos y aberrantes explotarán hasta el fin su dignidad y su privacidad. Les grabaremos 24 horas al día, y les pagaremos dinero por ello… aunque no hace falta; lo harán gratis con tal de ser conocidos por el resto de borregos sin cabeza. También crearemos programas donde contaremos cosas sin ninguna importancia real en la vida, pero que afortunadamente, impedirán de nuevo, que el inconsciente de detrás de la televisión piense por sí mismo. Como ya no sé qué inventar para la televisión, pondremos a cuatro periodistas de pacotilla junto con los zoquetes antes mencionados, para que estos profesionales les pregunten por su vida, por su novia, por su discusión con el vecino del cuarto debido a que su ventana no le gusta de ese color, y pondremos también programas para que gente que se aburre mucho salga en ellos, contando su vida.
¡Bromeas Mikel! ¿Quién se va a tragar estas tonterías? A la gente le interesa saber cómo va su País. Le interesa saber cómo gestiona el País el político que está por encima, les interesa saber por qué una parte de lo que ganan es mío. Les interesa saber por qué casualmente cada día que van al bar a tomarse su pincho de tortilla, éste es más caro. ¿Quién va a interesarse, por tanto, de la vida de un desconocido contando sus patéticas historias, o de alguien que no mueve sus vidas?
¡Espera, pequeño dirigente! ¡Todavía tengo más sorpresas para ti! Por si esto fuera poco, tenemos que hacer algo más para quitar DE RAIZ cualquier posibilidad de que el ciudadano bajo piense. Inventaremos un deporte… todavía no sé cómo será ni cómo se llamará, ya lo pensaremos.
Ha de ser un deporte fácil de entender, que cualquier persona, por bajo C.I. (Cociente Intelectual) que tenga pueda entenderlo. Nos interesa que todos lo sigan y se desprendan así de sus ratos libres. Nos interesa no sólo que se interesen por el deporte, sino por la pareja del deportista, por su vida, por sus intereses, por sus anécdotas en Nochevieja, por qué bebida le gusta más, cuál es su color favorito y en qué piensa antes de dormir. Querido dirigente, como regla general, los ciudadanos (inconscientes) deben conocer más nombres de deportistas, o de gente exhibiéndose por la televisión, que los nombres o teorías de aquellos SÍ PENSANTES que no han caído en nuestra pequeña trampa, y al contrario que los demás, sí piensan.
Éstos deben ser marginados, repudiados, censurados y apestados.
Dirigente: ¡¡Ya está todo preparado!! La sociedad ideal: Yo, dirigente del “todo”, soy quien corta el bacalao. Vivo de los demás, como nadie, soy respetado públicamente y gozo de impunidad de mis actos, porque soy el que manda. Aquellos que deciden que yo esté aquí los tengo en el bolsillo. Les he comido el cerebro, y sólo les tengo permitido que vean telenovelas, prensa rosa, deportes que, lejos están de afectar a su vida, y no sólo eso, les he inculcado un sentimiento por estos deportes o por deportistas concretos para que todavía tengan menos tiempo para pensar. ¡Y no sólo eso! Les he servido la manzana de la discordia para que estén todos enfadados unos con otros por temas completamente irrelevantes para ellos, pero no para mí, que me dan el marisco día tras día.
Evidentemente los deportistas que me ayudan a controlar a estos pobres pecadores saben mi juego, porque he tenido que explicárselo. No te preocupes… están conmigo. Ellos también se están forrando a costa del ciudadano, así que están muy contentos.
Dirigente: Tras todo esto, Mikel, creo que lo hemos hecho genial… ya controlamos a toda la sociedad. Tienen miedo de pensar por sí mismos y unir dos neuronas para hacerlas trabajar y pensar por sí mismos no es lo suyo, puesto que es más cómodo tumbarse en el sofá, tomar una cerveza, ver el partido de esta noche, y cuando acabe, enterarme de cómo se lo montó Torres con su novia en los asientos traseros de su coche, por qué la señorita “x” llevaba 20 años sin hablar con su madre porque ésta le había dicho que no era cierto que su amor fuera verdadero, y cómo ahora se han reconciliado. También tengo algunas cosas pendientes de ver: cómo unas personas que dícense llamar “periodistas” perseguían a Isabel Pantoja para preguntarle JILIPOLLECES que a nadie debieran importar.
Y os confieso, queridos lectores, que el dirigente no se podía creer de verdad que viviera tan fácil de la gente con estos sencillos métodos. Tenía miedo de que, aún así, algún día la gente pensase por sí misma, reaccionase ante la sociedad repulsiva en la que vivimos hoy en día.
Por eso os invito a todos a reflexionar sobre TODO. Apagar el televisor, no es importante enterarse de cosas insignificantes, y sólo estáis alimentando injusticias que difícil serán de suprimir en el futuro. Os invito a que penséis por vosotros mismos, libres de dogmas, de conductas sociales, de lo que otros creen que es justo o no es justo. Os invito a que gastéis (o mejor dicho, a que bien empleéis) tiempo en determinar qué y quién es importante es vuestra vida, y que os deshagáis de los que, de tan mala forma, se aprovechan de vosotros. Os invito a que penséis Y SINTAÍS por vosotros mismos. La sociedad actual os ha enseñado incluso cómo debéis sentir, y eso es lo ultimo que debería ser aceptado (Ejemplo claro cómo la gente cree “amar” a un equipo deportivo. ¡YA BASTA!).
Os invito, en resumen, a vivir vuestra vida, que es sólo una, y sería horrible dejarla pasar pensando como os dicen que penséis, sintiendo como os dicen que sintáis y actuando como os dicen que actuéis.